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Lo que LULAC Puerto Rico logró en Washington

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Abogada Margaret Donelly

A veces se nos pasa la historia que sucede ante nuestros ojos porque la estamos viviendo. Es por esto que es importante reflexionar sobre lo que LULAC Puerto Rico ha logrado en su visita a Washington, DC esta semana. Primero, se van con el Senado votando 85-8 a favor de un proyecto de ley que provee $ 19.1 mil millones en ayuda para víctimas de desastres naturales con casi mil millones designados para que Puerto Rico aborde las necesidades inmediatas de nutrición y salud. Este logro merece una enérgica y orgullosa felicitación a nuestros hermanos y hermanas de LULAC de la isla. Sin embargo, a última hora del viernes, después de que la mayoría de los miembros se fueron para el feriado del Día de los Caídos, un congresista republicano de Texas, Chip Roy, (R-TX) bloqueó lo que habría sido la aprobación por unanimidad del proyecto de ley de ayuda en la Cámara de Representantes. Los miembros de LULAC deben unirse para inundar a nuestros Representantes del Congreso con llamadas y correos electrónicos para asegurarse de que voten para aprobar el proyecto de ley de ayuda el martes como su primera acción.

De igual importancia es que los logros de más de 130 líderes electos y comunitarios del territorio de la isla y los Estados Unidos nos ofrecen la oportunidad de aprender algunas lecciones valiosas que ayudarán a LULAC enfrentar los desafíos futuros en los próximos meses, incluyendo el Censo de 2020 y el elecciones presidenciales

LULAC Puerto Rico llegó listo para presentar su caso ante los miembros del Congreso asegurando que cada Representante y cada Senador pudiera comprender y apreciar verdaderamente de manera más clara y cercana la situación difícil de 3.1 millones de personas casi dos años después del peor desastre natural que jamás haya ocurrido en la isla. Los delegados les expresaron apasionadamente que ningún ciudadano estadounidense debería tener que soportar el sufrimiento que experimentaron después del huracán María debido a la percepción errónea de que, de alguna manera, son diferentes y no son dignos de su derecho de nacimiento. Tan importante como su pasión fue el profesionalismo con el que presentaron su argumento, eligiendo dialogar en lugar de debatir y tener discusión en vez de manifestar. Su poder estaba en su calma y determinación de que Puerto Rico no abandonaría Washington con las manos vacías. De hecho, no lo hicieron.

Algunos observadores pueden cuestionar si realmente es una victoria cuando solo obtuvieron una fracción de lo que Puerto Rico necesita para reconstruir. Los líderes de la delegación dicen inequívocamente que sí! Llevar a casa $ 600 millones para asistencia nutricional y $ 300 millones para ayudar con las viviendas es un gran paso adelante para las personas a quienes se les lanzo aquellos rollos de toallas de papel para ayudarse a sí mismas y les dijeron que debían estar agradecidas, ya que pocos murieron. Ahora conocemos la magnitud de la devastación con muchas comunidades que aún no cuentan con electricidad o agua limpia y segura, el personal de hospitales agotado y muchas escuelas quedaron en ruinas. Hay que recordar el número enorme de personas quienes perdieron sus vidas, no solo durante el huracán, sino en los meses que siguieron mientras esperaban ayuda que nunca llegó. No merecían ese tratamiento. Ningún ser humano lo merece, mucho menos un ciudadano de la nación más poderosa y generosa del mundo. La suma inicial de $ 900 millones comienza el trabajo comunitario vital y pone a FEMA nuevamente en acción para la gente de Puerto Rico, ¡y eso vale cada dólar!

Para nosotros dentro de LULAC, la visita de esta delegación de nuestros hermanos y hermanas de Puerto Rico nos ha brindado la oportunidad de conocerlos mejor, realmente conocerlos. Estar juntos esta semana desde la madrugada hasta tarde cada noche, durante el tiempo más agitado de un horario ocupado, apresurándonos a reunirnos con los políticos como también después disfrutar como grupo de momentos de descanso y compartir una comida, todo esto nos ha permitido escuchar, ver y tocar su espíritu, sus almas. Hay una alegría que no tiene límites en la cultura Puertorriqueña. Incluso cuando están enojados o tristes, cantan, bailan, celebran. Es como si lucharan contra el miedo y el dolor con lo único que solo ellos pueden controlar, su capacidad de tener esperanza incluso en las circunstancias más difíciles.

De esta manera, todos los que estamos en LULAC podemos aprender de ellos porque nos han inspirado a creer que no importa el reto, no importa lo poco probable que los críticos digan son nuestras posibilidades, solo nosotros podemos determinar nuestras victorias. Al igual que las familias que solo parecen reunirse en bodas y funerales, nuestra familia LULAC a menudo solo ve a todos juntos en nuestra convención nacional cada año. Este viaje ha cambiado eso. Agradecemos a LULAC Puerto Rico por esta importante lección de no rendirse nunca y pensar que si acaso no podemos ganar, entonces porqué intentarlo? O incluso si lo intentamos, nadie nos escuchará. Esta semana han comprobado que si se puede!

Hay dos bendiciones finales que hemos recibido esta semana, tanto para LULAC Puerto Rico como para todos nosotros. En primer lugar, la solidaridad en acción es imparable. Independientemente de las diferencias o puntos de vista que los integrantes de la delegación quizás hayan tenido antes de viajar a Washington, cuando bajaron del avión en el aeropuerto Reagan National, hablaron como uno solo, trabajaron como uno solo y se movieron como uno solo. Y qué espectáculo impresionante fueron en los pasillos del Congreso y en la Casa Blanca. En apariencia, conducta y espíritu, LULAC Puerto Rico brilló y la unidad de la delegación merece nuestros respetos.

Lo último que diremos aquí es que si hay una verdad firme y clara de esta visita histórica que LULAC Puerto Rico ha hecho es esto: ¡VOLVERAN! Este es solo el primer paso en lo que podrá ser una jornada larga y difícil. Pero no importa. Podemos ser más optimistas que nunca de que la isla de Puerto Rico será reconstruida, las casas serán reparadas, las vidas reestablecidas y las familias se reunirán de nuevo. ¿Cómo lo sabemos? Fácil. Solo mira los ojos de cualquier hombre o mujer de LULAC Puerto Rico y lo entenderás. Su fe es ferozmente fuerte y el espíritu de cada uno estará volando en alto cuando viajen rumbo a casa, sabiendo que volveremos a estar juntos muy pronto.

Hasta La Victoria!

Domingo García
Presidente Nacional de LULAC

Quiropráctico Dr Peralta