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La Saeta: Doce de Octubre. Holocausto de América

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Se calcula que murieron en torno a 90 millones de indígenas, es la mayor matanza de la historia y todo comenzó un 12 de Octubre de 1.942. Nada que celebrar.
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Abogada Margaret Donelly

Por: Víctor César Acero Pinto  tatayapio@hotmail.com Octubre/10 /2021 

Dallas, Texas. América nunca estuvo cubierta mal podría haber sido descubierta. Cosa diferente fue que los europeos en su diario trasegar de sangre entre sus pueblos primitivos nunca se imaginaron que  existiera dicho continente, por lo que optaron por el camino más fácil cual es el de exaltar a uno de sus hijos como Descubridor de América, en lugar de calificarlo como hoy se califica a las hordas nazi fascistas. Genocida criminal. Sería lo apropiado. Los defensores de ese engendro de finales del siglo XV se degustan y defienden con el falaz argumento de que nos trajeron el idioma y la religión. ¿Acaso los naturales eran mudos o no amaban al verdadero dios cual es el sol, el agua, las montañas, la naturaleza?   

Eratóstenes en el siglo III a. de n. e. había determinado con precisión casi milimétrica el círculo de la tierra y el largo de su radio. Europa para esas calendas en su enorme mayoría estaba compuesta por una masa humana de primitivos animales que solo nacían, crecían, se reproducían y morían sin arte ni parte con este planeta. Colón no era precisamente una lumbrera en asuntos marineros. Fue un rebuscador con suerte, un cambalachero oportunista y falaz; arrojado, audaz, sí, pero azas. Sin nada que perder entendió que esa aventura arrojaría sus frutos tarde que temprano, y los arrojó, para desgracia nuestra.  

Excitar la codicia de los reyes que se debatían en agudos problemas con moros y judíos, con una casta política insatisfecha y avariciosa, una población empobrecida por la salida de los comerciantes y creadores de riqueza judíos y mudéjares, produjo enorme depresión y pobreza, la ley de la Mesta por medio de la cual los ganaderos usufructúan la mayor parte de las tierras cultivables, lo que de contera condujo al hambre y miseria a una gran mayoría de la población campesina y aldeana, significó la necesidad de buscar una oportunidad única y feliz de hacerse a una tabla de salvación, y no la desaprovecharon. La invasión europea, después del Primer Viaje de Colón, se desarrolló con capital privado. La corona agregaba a su territorio la quinta parte de la tierra descubierta con sus pobladores y riquezas naturales sin importarle un comino ni el cómo ni el cuándo; los particulares dieron rienda suelta a su avaricia y sed de sangre, la iglesia los prodigó con su bendición. El gobernador Ovando introdujo en la Española y de acuerdo a la legislación española la institución depravada de la ENCOMIENDA, una forma de esclavitud forzada que llevó a los naturales a su extinción y de paso al comercio infame de la compra-venta de negros, de la que fue muy acucioso promotor el venerable obispo de Chiapas-México. Toda la escoria humana de la península se aventuró a pasar la mar océano. Venían a la fija con la bendición divina. 

El Primero y Segundo viaje de Colón atrajo al hampa de los sectores más bajos de esa sociedad medioeval empobrecida, enferma y corrompida. Enferma físicamente por enfermedades recurrentes, y enferma del alma por un cristianismo marrón y despiadado que estaba próximo a recibir una estocada mortal de manos de Martín Lutero en 1517, lo que la condujo a las puertas de su extinción por sustracción de materia, al poderse apreciar sin asomo de duda alguna la putrefacción que consume a esa iglesia corrompida y despiadada. 

Los llamados conquistadores fueron en su mayoría criminales deshonestos y sanguinarios, que se refocilaron con la sangre derramada por hombres y mujeres inermes y pacíficos que morían como moscas en medio de sus jacales y sembradíos devorados por enfermedades desconocidas, alanceados o quemados vivos; mientras los niños eran despresados como gallinas para alimentar los perros de presa que trajeron los peninsulares, después de ser violados por esa taifa de curas y mercenarios que invadió a América. La sangría producida por esa sociedad enferma de oro y sangre eliminó al 95% de los naturales. Esos genocidas, por un eufemismo terminaron siendo considerados héroes, conquistadores.   

De esa etnia despreciable y degenerada descendemos, por eso somos así, aunque nos cueste reconocerlo. Por eso hay gente degradada que desayuna con sangre como los Uribe.  

Ningún pueblo de América salió airoso del sanguinario embate. 

Benito Peñaloza en ‘Las cinco excelencias del español que despuebla a España para su mayor potencia y despoblamiento’, publicado en 1629 dice “…Los indios eran sumamente bárbaros…sino cuando mucho un grado más que micos o monas…”. Es el papa Pablo III que declara en 1438 “los indios son tan humanos que tienen alma como nosotros”. 

Han pasado 50 años de la invasión de 1492 cuando el papa hace ese innecesario reconocimiento. En ese momento ya habían sido asesinada las ¾ de la población de América, millones de naturales según el dicho del padre de las Casas, obispo de Chiapas/México, gracias a la cruz y la espada. No cito nombres porque enunciar a uno excusa a los demás. No. No hubo uno solo que se apiadara de los naturales (nuestros ancestros). Todos los invasores venían imbuidos de cristianismo criminal, tenían entrañas de asesinos. Los niños sirvieron de alimento de sus perros de presa, eran descuartizados vivos frente a sus padres para alimentar a sus hambrientas jaurías.  

Dice el obispo de Chiapas/México “…hacían apuestas de quien de una cuchillada abría a un hombre por medio… tomaban las criaturas de las tetas de sus madres y los estrellaban contra las peñas…hacían largas filas de trece hombres e mujeres en honor y reverencia a Nuestro Señor y los doce apóstoles y poniéndoles leña los quemaban vivos. A los nobles los ataban en parrillas de largas horquetas y por debajo ponían fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos desesperados se le salían las ánimas…”  

“Leoncico”, mascota de Vasco Núñez de Balboa, se hizo famosa por arrancarle de un mordisco la cabeza a un cacique en Panamá y como ese ‘héroe’ ordenó más tarde que cuarenta personas, entre hombres, mujeres y niños, que habían logrado ocultarse, fueran despedazadas por sus mastines. Un imponente monumento en la capital de Panamá honra al sanguinario “descubridor del Pacífico”: 

¿Puede algún latinoamericano descendiente de alguna manera de esos aborígenes nuestros olvidar a esas hienas asesinas y exaltarles en monumentos de adoración? 

El exterminio total sobrepasa los cien millones de seres humanos, según estimó David Stannard y otro grupo de connotados historiadores. Los cronistas de la época cuentan en detalle como eran destazados nuestros antepasados. ¿Día de la Raza u Holocausto?  

Que han cambiado se suele decir. Que eran otras épocas. Es cierto, eran otras calendas, pero los criminales permanecen en el tiempo inamovibles, superiores en su sentir, el tiempo no ha pasado para esa turba criminal. Son inamovibles hasta que levantemos el hacha de guerra, hasta que los obliguemos a que nos miren de igual a igual y pidan perdón por sus crímenes. No podemos menos. 

Las islas del Caribe fueron despobladas en 30 años. Todos los naturales asesinados por quienes llegaron con la con la cruz y la espada “…serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente…”. Obispo de Chiapas/México. En 1493 el papa emite la Bula “inter Caetera” por la cual se defiere el derecho de evangelizar a la corona española. El papa y los reyes eran los amos absolutos del mundo conocido. Nadie objetaba sus decisiones. De esa burda manera se selló el destino de América. Hoy soplan vientos nuevos, pero se hace necesario persistir en el camino a seguir. Bustos, estatuas, efigies, monumentos destinados a exaltar la memoria de los asesinos, deben desaparecer para siempre, o ¿caso alguno de quienes tengan acceso a estas notas verá en Tel Aviv, Haifa o Jerusalén un monumento que exalte la figura o la memoria de los asesinos nazis? 

“El oro es tan poderoso que sirve hasta para abrir las puertas del cielo” Cristóbal Colón. 

Víctor César Acero Pinto 

tatayapio@hotmail.com 

Octubre/10 /2021.

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